Héroes del pasado 1/2

Últimamente, en esta Formula 1 tan previsible y en la que todos pensamos que algo falta, nunca viene mal que según que personalidades dentro de este deporte saquen a relucir su clase y su talento natural para arrastrarnos, otra vez más, a colocarnos delante de la televisión el domingo al medio día.

En este año que llevamos, solo recuerdo dos momentazos, que en mi opinión, me han hecho rasgarme las vestiduras y entender el por qué de esta obsesión por las carreras. Antes de que levantéis la mano, comentaros que estas elecciones van unidas a mis gustos. Por lo tanto, entiendo que igual para vosotros no lo han sido, o incluso mejor, puede ser que hayan sido otras acciones las que os han hecho levantaros del sofá.

Por supuesto, que ha habido más ocasiones en las que he disfrutado de una carrera de Fórmula 1 o de otras categorías. Pero para mí, esos dos momentos que ahora os diré, han sido absolutamente mágicos.

Algo en lo que pasados los años pasará a la historia, como esas hazañas que nos cuentan los más mayores y expertos del mundo de las carreras. Aunque repito, puede ser que sea únicamente mi sensación.

Junio, 24 Horas de Le Mans.

Si ya de por sí, la mítica carrera de resistencia es un auténtico momentazo, en este 2018 iba a darnos ese puntito especial de ver al genio astur a los mandos del Toyota TS050 Hybrid. La expectación que levanta Fernando Alonso es increíble, y el que no lo vea por ascos o rencores al piloto, esta jodidamente ciego.

La carrera transcurría como casi todos los años, aunque recordemos que la batalla por la general estaba reservada únicamente a los dos Toyotas. Lástima que el WEC y ciertas marcas estén pasando por este calvario, ya que a todos no gustaría ver más acción y rivales en pista.

Recuerdo que para cenar me preparé una buena tortilla de patatas y un poco de pan con tomate y jamón. Cristina me quitó la tele y no me quedó más remedio que ponerme la tablet con los cascos.

Después de toda la tarde, y aunque mi idea era aguantar la noche despierto, me entró un poco de sueño después de cenar. Me despertó mi chica sobre la media noche para ir a la cama, y yo, lamentándome por la cabezadita (que más tarde agradecí) me tome un café y me volví a conectar la TV. En la tablet me puse la onboard del Toyota #8 y ahora si que estaba en modo noche de Le Mans total.

Imagino que sabéis por donde voy. Al ver que la retrasmisión de Eurosport era una mierda, lancé la onboard de Youtube en la caja tonta. Tonto me quedé yo, durante las cuatro horas que duró el relevo de Alonso. Magistral.

Mientras miraba embobado como iba adelantando coches en la oscura noche del circuito de La Sarthe, tenía la sensación de que estaba viviendo algo único e histórico. ¡Joder, recortó más de un minuto en una hora!

Con el paso de los días, lo único que puedo decir es que me siento un auténtico privilegiado de vivir ese momentazo en directo. Y si ya sabíamos que Fernando Alonso era uno de los mejores pilotos del siglo XXI, su hazaña en Le Mans lo elevan, a mi parecer, al Olimpo de los Dioses.

Y aquí: Héroes del pasado 2/2

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